El mantenimiento de un pH equilibrado de tu piscina privada o de tu comunidad de vecinos es una parte esencial de su mantenimiento. El pH adecuado no sólo protege los accesorios metálicos y las paredes de la piscina, sino también el rango de pH correcto que hará que el baño sea agradable y evite los incómodos escozores y picores que todos recordamos de algunas piscinas mal higienizadas.
El rango idóneo de pH para el agua de una piscina oscila entre 7,4 y 7,8. Si eres propietario o responsable de una piscina, evita cualquier eventualidad que pueda resultar lesiva para tu familia, amigos y ten controlados los elementos de mantenimiento adecuados. Evita tragedias y dispendios innecesarios. Las vacaciones están para descansar y no para pasarlas en un hospital.
Para conseguir que tu piscina tenga los niveles óptimos de pH, en este post te explicamos lo que debes hacer para aumentarlos en el caso de que estén demasiado bajos y puedan traerte problemas. Por tanto:
Revisa los reactivos químicos y el cloro
Lo primero que hay que comprobar cuando se hace la prueba del pH, es que indique unos niveles adecuados para que el baño sea una experiencia refrescante. La medición la debemos realizar al comenzar la época de baño. Algunos medidores disponen de una escala de colores que te permitirá, de una forma muy rápida y sencilla, conocer los valores del cloro. Existen diferentes tipologías de cloro:
- El combinado: el que debes desinfectar para evitar quemazones
- El cloro libre: cuyo mantenimiento evitará ese desagradable “olor fuerte que desprende el cloro” el cual has detectado en más de una ocasión en otras piscinas
- El cloro total: la combinación de ambos.
Cuando la medición del cloro total produzca un cambio de color en tu piscina con respecto del cloro libre, deberemos corregir los niveles y parámetros de éstos añadiendo pastillas de cloro para que desinfecten completamente el agua en un grado óptimo que evite saturarla de químicos.
Los valores, a día de hoy, más recomendables son:
- Cloro libre: 0,5 – 2,0 mg/l.
- Cloro combinado: menor de 0,6 mg/l.
- Cloro total: máximo 2,6 mg/l.
- PH: entre 7,2 y 8,0.
Añadir sosa cáustica
Si el pH sigue siendo bajo, agrega algo de sosa cáustica, pero ten mucho cuidado; la sosa es un producto altamente corrosivo, nunca la uses por encima de 100 gramos por cada 10m3 de agua. Esto permitirá que el pH en 0.1 en el agua. Distribuye la sosa por toda la superficie de la piscina, empezando por la parte más profunda y asegúrate de que la bomba de agua se encuentre funcionando correctamente en ese momento para que esta se distribuya convenientemente por toda el agua. Espera, aproximadamente, una hora y si el pH sigue siendo bajo añade un poco más, siempre poco a poco, evitando de este modo que el producto esté en una cantidad excesiva porque es tóxico.
La sosa suele colorear el agua de blanco. No te preocupes. El efecto se diluirá y desaparecerá en, más o menos, 24 horas. Es por esto que debes comenzar con las mediciones y ajustes una semana antes de que la piscina vaya a recibir visitas.
Revisa la alcalinidad total y añade bicarbonato de sodio.
Para el caso en que la piscina siga devolviendo niveles no óptimos y por tanto demasiado bajos de pH, deberás poner en marcha el siguiente paso: la prueba de la alcalinidad.
Esta prueba devuelve la cantidad de componentes alcalinos disueltos en el agua de la piscina (bicarnonato, hidróxido y carbonatos). La alcalinidad regula los cambios en el pH del agua, siendo esencial para que esta esté en perfectas condiciones de desinfección y transparencia. Su medida debe ajustarse entre 125 y 150 ppm. Si nos encontráramos con niveles más bajos lo sabremos inmediatamente porque el agua aparecerá turbia y producirá coloraciones verdosas, irritación en los ojos y corrosión. De ahí deriva la importancia de mantener un nivel alcalino ideal. Para elevar los niveles de alcalinidad añadiremos 1,8 kg de bicarbonato de sodio para aumentar en 10 ppm la alcalinidad total de 100 m3 de agua.
Airear el agua para elevar el pH
Un truco muy bueno para elevar el nivel de pH del agua es airearla. Se trata de un método muy sencillo, que se debe repetir cada día durante aproximadamente durante una semana, y que va a consistir en dirigir chorros de agua con una manguera sobre la superficie del agua. También se podría usar otra técnica que permita que el agua se bata y remueva lo suficiente como para que se airé el dióxido de carbono acumulado en ella. Esta práctica elevará el nivel de pH y no afectará a la alcalinidad. Es conveniente reiterarla cada 2-3 días.
Antes de poner tu piscina a disposición de tu familia y amigos, revisa las condiciones de pH en que se encuentra como te hemos recomendado en este artículo. No cuesta demasiado tiempo y te permitirá sentirte completamente tranquil@ y segur@.
El verano irrumpe de nuevo en nuestras vidas. La estación más deseada por los niñ@s por la enorme cantidad de posibilidades diarias de recreo que tienen a su disposición. Tiempo de vacaciones, descanso y recreo que debes asegurar en uno de los espacios más concurridos de la estación estival: la piscina.
Referencias:
Normativa del Ministerio de Sanidad relativas a los niveles de pH en las piscinas
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