Si ya te has hecho a la idea de que este año vas a instalar tu propia piscina en el jardín para disfrutarla cuando venga el calor, ahora lo único que te queda es decidir dónde ubicarla para sacarle el mayor partido. Y es que, aunque en un principio pueda parecer una tarea fácil, en la realidad pueden entrar en juego un cúmulo de factores que no habíamos previsto y convertir nuestro pequeño paraíso privado en una molestia difícil de mantener.
Para evitar esta situación, te traemos una serie de prácticos consejos para que disfrutes al máximo de tu piscina y aproveches las buenas temperaturas con un baño refrescante.
Lo primero de todo: el terreno
Lo más probable es que la principal preocupación del encargado de instalarte la piscina no sea si le va a dar demasiado la sombra, o de si la quieres más cerca o lejos de tu casa. Su principal preocupación será si el terreno elegido es apto para una piscina, esto es, que sea una superficie sólida y firme y que no presente desniveles que puedan complicar la instalación.
Y aunque el tema de los desniveles es solucionable, hay que tener muy en cuenta la composición del suelo, ya que de ello derivará el tipo de materiales de los que estará fabricada la piscina. Parece un tema que no se suele tener en cuenta, pero es la base de todo lo que decidamos posteriormente.
Aprovechar al máximo las horas solares
Una vez sabemos que nuestro terreno es apto para instalar una piscina en él, la segunda cuestión a plantearse es obvia: ¿dónde va a dar más el sol?
Todo depende de lo que esperes de tu piscina. Si la instalas en una zona donde el sol está permanentemente presente, disfrutarás de una temperatura del agua más favorable para el baño en menos tiempo, pero deberás realizar descansos continuos para evitar estar bajo la exposición solar durante periodos prolongados de tiempo. Mientras que si la instalas en una zona con más sombras, podrás permanecer en el agua durante más tiempo, pero a esta le costará más estar a la temperatura ideal para un chapuzón.
Siempre se recomienda orientar la piscina hacia el sur de la casa para aprovechar mucho más las horas solares, y en caso de no poder, hacia el oeste al menos.
Cuidado con la vegetación
Las plantas y los árboles siempre refrescan el entorno, pero cuando hay una piscina de por medio, nunca son una buena combinación.
No es necesario que renuncies a tus plantas, pero sí debes tener en cuenta que las hojas se caen a lo largo del año (incluso las de árboles perenne cuando sopla el viento), y el agua de la piscina es como un imán para esas hojas. No sólo resulta molesto tener que estar pasando el limpiapiscinas constantemente, sino que estas hojas se pueden atascar en el fondo y dificultar el sistema de depuración de la piscina.
Un tema a tener en cuenta son las raíces de los árboles. Si evitas instalar tu piscina cerca de éstos, evitarás también tener problemas con sus raíces y la posterior aparición de grietas no deseadas.
Alejar la piscina de los árboles y rodearla de un suelo de madera o roca es una muy buena solución para todos estos problemas y además conferirá a tu hogar un toque sofisticado y de diseño del que querrás presumir ante todos tus conocidos.
Otros factores a tener en cuenta
Por último, hacer una pequeña mención a pequeñas cuestiones como son el acceso a la piscina y su cercanía con la vivienda para evitar ruidos molestos y salpicaduras no deseadas.
Asegúrate de que tienes un fácil acceso a la piscina para luego poder limpiarla sin ningún inconveniente, y que a su vez no dificulte la entrada a la vivienda. Nadie quiere tener que rodear constantemente una piscina para entrar a su casa.